Desafíos,miedos, alegrías, emociones, agotamiento y felicidad

Todo se entremezcla cuando llega un hijo al hogar, sobre todo cuando uno es una madre primeriza y treintaniera.

domingo, 27 de junio de 2010

De estreno!


La llegada del estreno tan esperado, un estreno que habia creado mayores expectativas en mi que en mi hijo... Desde hace un año Buzz y Woody eran sus amigos, pequeños fetiches exaltados por el marketing disneylandesco, materializados en cada elemento que uno pueda imaginar, mochila, cartuchera, remera, pelota, patinera y en muñeco propiamente dicho, grande, chiquito, de tela, de plastico, con pilas,articulado,de goma y mil adjetivos mas . Toda una colección forma parte de preciado patrimonio, el broche de oro seria verlos en la pantalla grande, inmensos, inconmensurales, fascinantes. Como debut en el cine Toy Story 3 sería perfecta, a medida.... Claro eso es lo que mi creencia lo hacia parecer como como un hecho, pero la experiencia refuto de manera contundente tan optimista pensamiento. No voy a negar que la llegada al cine fue para él una emoción y un descubrimiento, figuras de carton aptas para la foto, una sala llena de escalones, asientos rebatibles objeto de admiración, y una pantalla increiblemente enorme para sus ojos. El primer momento crítico devino de la interminable seguidilla de propagandas acompañadas de otra interminable seguidilla de : "cuando viene toy story?" "ahora viene amor..." . El segundo cuando apagaron la luz..."quien apagó mama??" "maaa prende la luz", "no se puede hijo.. es así con la luz apagada...", "yo la prendo ma...", en fin, por unos minutos logre calmar su ansiedad y se pudo concentrar momentaneamente en la pelicula. Al ratito, "Ma quiero hacer caca...", uy pense justo ahora?, bueno vamos al baño, el paseo hasta el baño le resulto atractivo, salir, pasar por los pasillos, legar al baño y nada, entrar a la sala y querer salir de nuevo. Parece que su diversión pasaba por entrar y salir de la sala, sentarse en distintos asientos y correr desaforadamente y no en disfrutar de la famosa película. En ese instante nos percatamos con mi marido que era el momento de volver a casa antes que nos echaran de la sala. Así nos fuimos con el consenso de nuestro pequeño hijo quien asintió la salida con rapidez, con la misma rapidez con que manifestó ya fuera del cine, su voluntad de volver a entrar. Para una primera vez no estuvo tan mal.

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