El nene crece, dejó los pañales, va al jardín, come solo y abandono su siesta diaria, el bendito sueño de la tarde que nos deja un ratito de tranquilidad para hacer nuestras cosas. Su desbordante energía no se entrega al descanso y llega a la noche totalmente agotado. Eso no esta nada mal, se acuesta temprano y eso lo ayuda a madrugar...pero en el medio de la noche aparecen las pesadillas, muchos me dicen que que por el agotamiento con el que se acuesta, otros por lo que vió en la tele el día anterior... en fin sea lo que sea, su angustia lo despierta y a nosotros tambien. Por suerte mi sentido común y algo de azar me ayudo a encontrale alguna solución, cambiando el horario del baño, luego de cenar un baño de inmersión relajante con espuma, aceite para bebe y vapor lo entrega al sueño placentero sin sobresaltos. Ser madre no solo nos cambia la vida sino que nos permite desarrollar todo tipo de alquimia casera!
Es una suerte que tu alquimia haya resultado exitosa. También me inclinaría a privilegiar el sentido común por sobre las interpretaciones que aparecen en torno a qué es lo que le pasa o perturba al bebé. Total, como no puede hablar, quién los va a contradecir ?
ResponderEliminarVerónica