Desafíos,miedos, alegrías, emociones, agotamiento y felicidad

Todo se entremezcla cuando llega un hijo al hogar, sobre todo cuando uno es una madre primeriza y treintaniera.

viernes, 28 de mayo de 2010

Luchando con los límites

Ese chico pide límites!! ufff, quien no escuchó esa frase alguna vez en su vida? aunque solo cobra sentido cuando uno es madre.... Cuando nuestros hijos comienzan a caminar, a comer solitos, a dejar los pañales y nos sentimos liberados de gran cantidad de tareas, descubrimos que dicha autonomía es directamente proporcional a sus ansias de manejarse solos por el mundo haciendo lo que auténticamente les parece sin importar consecuencias. lamentablemente también es directamente proporcional a los peligros que corren, a las cosas que rompen e indirectamente proporcional a nuestra bendita paciencia. Es increíble ver como esas pequeñas criaturas desoyen nuestras indicaciones, desafían nuestras sugerencias y hacen sentirnos furiosos y culpables a la vez. Es cierto es necesario poner límites pero muchas veces las tácticas utilizadas no funcionan. 
Creo que todo depende de la situación, hay circunstancias en las que uno no puede transigir y otras en las que uno puede negociar
Mi hijo el muralista
Su espíritu creativo parece no tener límites, su pasión por los colores, su afán de dibujar y dejar su impronta en las paredes, sillones y muebles, hace que nuestro hogar sea una mezcla de museo de arte moderno y caverna con pinturas rupestres. Ahí no que otra opción que poner coto a tan noble iniciativa artística y sugerirles que nunca mas se les ocurra poner su lápiz-crayon-marcador en otro lugar que no sea el papel destinado para tal fin.


El descubrimiento del verbo comprar.
Una de las cosas mas difícil es saber sobrellevar es cuando tu hijo descubre que las cosas se pueden comprar, es mas nota el intercambio mercancía-dinero pero desconoce el valor de las cosas y la finitud del consumo.. y por su puesto de nuestro presupuesto. Creen que TODO lo pueden tener, la tele nuestra gran aliada para nuestros momentos de tranquilidad, también ayuda con esas publicidades instando al consumo frenético. Ir al supermercado resulta una odisea. Quiero el muñeco de Toy Story, quiero el reloj de Cars, quiero el celular de BEN 10 y así hasta el infinito, la demanda no tiene fin...y ante el NO...el llanto y el berrinche. Lo que pasa es que el chico te tomo el tiempo dicen las señoras con soltura y superadas... Y sí, nuestro error es querer darle todo lo mejor y después darnos cuenta que estamos equivocados, que con todo no queríamos decir "tooodooo" ni que "todo" no es lo mejor para todos... se entiende?.   Y bueno, ahora no queda otra opción que negociar, el límite extremo queda descontextualizado e incoherente, en el negociar se gana, se pierde y se empata.



martes, 18 de mayo de 2010

DEJANDO EL CHUPETE


Si hay algo difícil de hacer es lograr que nuestro adorable niño deje aquel elemento que tanto nos fue de utilidad desde su nacimiento. En realidad es más difícil para nosotras, las madres olvidarnos de tan preciado recurso a la hora de dormir, a la hora de las rabietas y a la hora de conformarlos. Si hubiese sido por mí, creo que ese habito hubiese durado un tiempo más.... debo reconocer que fue gracias a la actitud firme de mi marido que decidió que no debía usar mas chupete, por la salud bucal y emocional de nuestro hijo, es así como nos escondió el chupete a ambos (al nene y a mi), conociendo mi gran debilidad ante el llanto descontrolado y mi afán por calmarlo. La experiencia fue menos traumática de lo que suponía, al llegar del jardín el preciado objeto de adoración ya no estaba, así comenzaron las preguntas y lamentos: "donde esta mi pepe?" "mi peeeeeeepeeeeeeeeeeeee" "buahhhhhhh".Ahí nomas no se me ocurrió mejor idea que la de inventar que a "SU compañero de la vida "se lo había llevado una lagartija encargada de recolectar chupetes para los bebes pequeñitos. Maldita Lagartija ladrona habrá pensado mi pobrecito que dijo que si la veía la "agarraría a patadas". En fin ya hace una semana del despegue, su maduración fue evidente y casi ni se acuerda de el... Corazón que no ve, corazón que no siente.